
Sólo Cristo lo libertó de la atadura a la heroína
Y desafió al Salvador: “¡Señor Jesús, si eres real por favor perdóname todos mis pecados y cambia mi vida!” En ese momento, glorioso e inolvidable, experimentó la presencia de Dios. Las cadenas se rompieron. Fernando Alexis Jiménez | Misión Edificando Familias Sólidas Si alguien le preguntaba a Freddie García en aquella época tormentosa de su vida,…