Las circunstancias no nos definen, sino la fe

Dios acompañó a Job en medio de la crisis.

En medio de las circunstancias desesperanzadoras, es esencial que nos prendamos de la mano de Dios.


Hay personas que, frente a las circunstancias adversas, se derrumban. Otrora profesaban una fe sólida, pero apenas surgen las crisis, salen huyendo.

¿Es usted de esas personas? Puede que no sea el único, tampoco el último. Infinidad de hombres y mujeres atraviesan por duras etapas.

El patriarca Job fue víctima de ataques del mundo de la maldad. Perdió a su familia, la fortuna que había amasado por muchos años y, por último, su salud (Job 2:6-8).

Dios se sentía honrado de su ejemplo ante el mundo en el que se desenvolvía:

Es un hombre de conducta intachable; no le hace mal a nadie, y es temeroso de Dios.” (Job 2:3 | RVC)

Sin embargo, se vio arrinconado contra las cuerdas. En la etapa más difícil de toda su existencia.

CINCO PRINCIPIOS CLAVE

Los principios que afianzaban la vida de Job fueron los que le permitieron permanecer firme, por encima de las circunstancias.

Recordemos que era un hombre con los siguientes distintivos:

1. Recto

2. Justo

3. Íntegro

4. Temeroso de Dios.

5. Apartado del mal.

Los valores que le ayudaron a mantenerse afincado en la fe, sin doblegarse, fueron cultivados a partir de una relación permanente con Dios.

 

LAS PRESIONES EXTERNAS

Cuando los creyentes enfrentamos dificultades, lo más probable es que recibiremos presiones externas para renunciar a nuestra fe.

De hecho, la esposa de Job le dijo:

¿Todavía insistes en seguir siendo perfecto? ¡Maldice a Dios, y muérete!” (Job 2:9 |RVC)

Pero el patriarca estaba convencido del Dios de poder en el que había afirmado su fe. Sobre esa base le respondió algo que todavía resuena en nuestros oídos, a pesar del tiempo transcurrido.

Hablas como una de tantas necias. ¿Acaso hemos de recibir de Dios sólo bendiciones, y no las calamidades?»” (Job 2: 10 | RVC)

Por supuesto, Dios no nos envía calamidades para complacerse. En absoluto. Él es amor (1 Juan 4: 8)

No obstante, en medio de la prueba que estaba atravesando, Job entendió que la única salida radicaba en permanecer fiel. Hasta último momento.

LAS CIRCUNSTANCIAS NO NOS DEFINEN

Momentos difíciles enfrentaremos. Siempre. Cuando menos lo esperemos. Sin embargo, como son situaciones ajenas, que no podemos modificar, asumimos no caer en la desesperación.

Lo que sí depende de nosotros, es depender de Dios. Refugiarnos en Él.

Es en ese momento que iniciamos la transformación, es decir, enfrentar las condiciones adversas con fe.

Insisto, las circunstancias no nos definen ni nos determinan. Alrededor del tema, el psicólogo y escritor, Jordan B. Peterson, explica lo siguiente:

“Tu sistema nervioso responde de una manera diferente cuando afrontas las dificultades de la vida de forma voluntaria porque, en lugar de prepararte para una derrota, lo que haces es asumir un desafío. Ves el tesoro que esconde el dragón, en vez de derrumbarte aterrado cuando vez emerger al dragón frente a ti. Das un paso al frente para a sumir una posición de jerarquía, de dominio y manifiestas tu disposición de defender tu territorio.” (Citado en el libro “12 reglas para vivir”)

Nuestra fe es la que nos permite seguir adelante, cualquiera sea la situación que afrontemos. Fe en un Dios de poder que siempre está atento a cada uno de nosotros.

Y, precisamente, es por amor que Jesús murió en la cruz. Pagó por nuestro pecado del pasado, del presente y del futuro. Eso se llama Gracia de Dios.

Por gracia, nuestro Señor perdona a quienes se arrepienten con sinceridad.

Sin embargo, nuestro amoroso Padre no obliga a nadie a acogerse a la gracia divina.

Hoy es el día para emprender ese maravilloso proceso de cambio y transformación. Ábrale las puertas de su corazón a Jesucristo.


Fernando Alexis Jiménez sirve a Dios en la Misión Edificando Familias Sólidas y, desde el 2016, dirige el Instituto Bíblico Ministerial. Transmite el Programa Vida Familiar.