Somos salvos por la gracia de Dios

La gracia de Dios está a su disposición. No obstante, aun cuando Él lo escogió desde la eternidad para salvación, no lo obliga a tomar ninguna decisión. El Señor es respetuoso de la determinación de rechazarlo.

La gracia de Dios está a su disposición. No obstante, aun cuando Él lo escogió desde la eternidad para salvación, no lo obliga a tomar ninguna decisión. El Señor es respetuoso de la determinación de rechazarlo.


Fernando Alexis Jiménez | Director del Instituto Bíblico Ministerial


¿Sabía usted que millares de personas en todo el mundo se esfuerzan cada día por ser perfectas y al fallar en su propósito, entran en depresión y desaliento?

No debería ser así, pero es real. Las enseñanzas cristianas que enfatizan en el legalismo antes que, en el amor de Dios, acompañan esa frustración que lleva a muchas personas a volver atrás.

Caer en ese estado de desasosiego y sensación de fracaso, desestima lo que enseñan las Escrituras:

“Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2: 8, 9 | NBLA)

La fe en la salvación por Jesús, es el eje central alrededor del cual gravita ese hecho maravilloso: Dios perdona nuestros pecados en respuesta a un sincero arrepentimiento, nos ofrece una nueva oportunidad y nos asegura la eternidad con Él. De la mano con esa noticia alentadora, nos hace hijos suyos. Tenemos ahora una nueva identidad.

¿Cómo fue posible? Por gracia, por la obra de Jesús en la cruz. Él llevó todos nuestros pecados, fue juzgado y nos da libertad, incluso de todo lo que rodea al pecado.

El autor cristiano, Tony Cooke, anota lo siguiente:

“Físicamente recibimos nuestro ADN a través de nuestros padres. Espiritualmente, nuestro espíritu humano nace de Dios y se regenera mediante el Espíritu Santo. A medida que crecemos y experimentamos desarrollo espiritual, expresamos cada vez más la naturaleza y el carácter de Dios que recibimos en nuestro nuevo nacimiento.”

En esa dirección, debemos dar nuevos pasos siempre. Uno a la vez cada día, confiados en Su gracia que nos dio una nueva vida, nos hace justos y, por la obra de Jesús en la cruz, nos ve santos en Su presencia.

POR LA GRACIA DE DIOS SOMOS SUS HIJOS

Si usted es padre de familia, sin duda puede tener una aproximación a lo que significa el amor por los hijos. Aun cuando fallen, los seguimos amando. Uno de los cimientos de la gracia de Dios.

Pero hay algo más, es por Su infinita gracia, que ahora somos hijos del Padre celestial.

Le animamos a escudriñar los siguientes pasajes bíblicos:

+ Por la gracia de Dios tenemos una nueva naturaleza (Colosenses 3:9-11)

+ Hemos sido despojados del viejo hombre con sus hechos (v. 9)

+ Nos vamos renovando en el conocimiento de Dios (v, 10)

+ Cristo es todo en todos.

+ Por la gracia de Dios ahora somos una nueva creación (2 Corintios 5: 17)

+ Por la gracia de Dios llegamos ser partícipes de la naturaleza divina (2 Pedro 1: 3, 4)

+ Por fe en Jesús y mediante la gracia de Dios, tomamos consciencia de nuestra condición: somos hijos del Padre (Gálatas 3: 25-27)

+ Por la gracia de Dios, manifestada en la obra redentora de Jesús en la cruz, ahora tenemos el ADN de Dios el Padre.

No podemos dejar de insistir en algo: aun cuando nos parezca maravilloso e increíble, somos salvos por la fe en la obra de Jesús en la cruz. Es la manifestación de la gracia de Dios.

LA GRACIA ES LA MANIFESTACIÓN DEL AMOR DE DIOS POR EL PECADOR

¿Por qué decidió Dios perdonar nuestros pecados y ofrecernos una nueva oportunidad? Por una razón sencilla: en nuestras fuerzas era imposible ganar Su favor, es decir, Su aceptación. Por esta razón, Él salió al paso y por gracia, perdona nuestros pecados para que emprendamos una nueva vida aquí en la tierra y estemos con Él por siempre, en la eternidad.

Tenga en cuenta las siguientes porciones de las Escrituras:

+ La gracia proviene de Dios (Hebreos 4: 16, 10: 29; 1 Pedro 5: 10)

+ La gracia que recibimos por medio del Señor Jesús, fue anunciada desde la antigüedad por los + profetas (1 Pedro 1: 10; Juan 1: 17; Hebreos 2: 9)

+ Dios nos muestra Su voluntad (Salmo 111: 4)

+ Dios nos muestra Su amor y misericordia que no merecemos (Proverbios 3: 34)

+ Dios tiene abundante gracia para nosotros (Hechos 4: 33; Romanos 5: 17; 2 Corintios 9: 14; Efesios 1: 6, 7; 2; 7; 3: 7)

Si Dios hizo posible esa obra y nos transforma, nuestra respuesta es amor hacia Él. Es uno de los principales alicientes que alimenta nuestro deseo de ser transformados, prendidos de Su mano.

ESTAMOS LLAMADOS A CRECER EN LA GRACIA DE DIOS

Si bien es cierto somos salvados por gracia, estamos llamados a crecer en esa gracia y experimentar, de la mano de Dios, la transformación en todo nuestro ser.

En ese orden de ideas le invitamos a tener en cuenta los siguientes pasajes bíblicos:

+ Dios nos llama a mantenernos en Su gracia (Hebreos 13: 43)

+ Dios nos llama a abundar en Su gracia (2 Corintios 8: 7)

+ Dios nos llama a esforzarnos en Su gracia (2 Timoteo 2; 1)

+ Dios nos llama a crecer en la gracia (2 Pedro 3: 18)

+ Hallar la gracia (Esdras 9: 8 )

+ Mostrar Su gracia (Esdras 9: 8 )

+ Abrirnos al desarrollo de la gracia (Salmo 45: 2)

+ Ver y reconocer su gracia (Hechos 11: 23; Gálatas 2: 9)

+ Somos salvos por gracia y no por obras (Hechos 15: 11; Efesios 2: 8, 9)

No podemos desaprovechar la oportunidad de emprender juna nueva vida, no por nuestras fuerzas y sacrificios, sino por la gracia de Dios. Es un proceso de transformación único y maravilloso en el que no estamos solos. El Señor mismo nos acompaña.

El autor cristiano, Tony Cooke, precisa lo siguiente:

“Nacemos de nuevo por medio de la gracia de Dios y es por medio de la gracia que podemos expresar a los demás Su naturaleza: amor, misericordia, comprensión, etc, a través de una nueva vida.”

La gracia de Dios está a su disposición. No obstante, aun cuando Él lo escogió desde la eternidad para salvación, no lo obliga a tomar ninguna decisión. El Señor es respetuoso de la determinación de rechazarlo.

Ahora, si por años hemos librado una tremenda lucha por ser nuevas criaturas y quizá nos hemos esforzado en vano, experimentando cada día frustración, hoy es el día para experimentar un nuevo comienzo. No en nuestras fuerzas, sino en la gracia de Dios, que lo hace posible.


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