Nuestra mayor preocupación debe ser enfocarnos en brindar una dirección apropiada, que responda a las expectativas de quien viene en procura de orientación, y que la guía que ofrecemos, esté en consonancia con la voluntad de Dios.
Fernando Alexis Jiménez | Editor de Familias Sólidas
No sé si le ocurre con la misma frecuencia que a mí, pero infinidad de personas vienen en procura de aconsejamiento. Sin desconocer que la sicología aporta mucho a los problemas de la sociedad, me inclino más por la enseñanza que toma como fundamento la Biblia.
No en vano el rey Salomón escribió hace siglos:
“Donde no hay buen consejo, el pueblo cae, pero en la abundancia de consejeros está la victoria.”(Proverbios 11:14. La Biblia de Las Américas)
Nuestra mayor preocupación debe ser enfocarnos en brindar una dirección apropiada, que responda a las expectativas de quien viene en procura de orientación, y que la guía que ofrecemos, esté en consonancia con la voluntad de Dios.
RECOMENDACIONES
En aras de que ofrezca una buena consejería cristiana, comparto con usted 8 recomendaciones:
- Amabilidad al atender a las personas
- Actitud comprensiva
- No sermonear a quien busca orientación
- Generar confianza
- Tomar atenta nota de lo que nos dicen
- Si algo no queda claro en el diálogo, despejar las preguntas antes de brindar un consejo.
- Mostrar interés en las personas, y de ser posibles, mirarles a los ojos mientras hablan
- De ser posible, explicar el porqué de algunas cosas que inquietan a las personas
Estas 8 sugerencias son importantes. Por favor, revíselas. ¿Está usted aplicándolas cuando orienta a alguien?
Quizá hoy es el día para que después de una cuidadosa auto evaluación, se disponga a aplicar correctivos en su ejercicio ministerial.
ERRORES QUE DEBERÍAMOS EVITAR
Pero así como hay orientaciones prácticas sobre cómo desarrollar una buena consejería, hay errores que son frecuentes y debemos evitar. Hay por lo menos 5 de ellos que comparto con usted:
- Limitaciones de tiempo. Afanar al aconsejado para que hable.
- Atender llamadas telefónicas mientras aconsejamos
- No mirar con atención a la persona
- No saber escuchar con detenimiento al aconsejado
- No cerrar el ciclo de cada consejería, y citarlo a nuevas reuniones.
Tenga presente que su aporte como consejero es muy importante para la vida de las personas.
Dios desea utilizarlo poderosamente en esa tarea. No desestime lo que significa brindar una oportuna orientación a quien lo necesita.
PIDA LA DIRECCIÓN DE DIOS
La consejería cristiana cobra particular vigencia en nuestro tiempo. Tome nota. Usted puede marcar la diferencia—con ayuda de Dios—en el antes y el después de la vida de alguien.
Recuerde que el rey Salomón escribió:
“El entendimiento es fuente de vida para el que lo posee, más la instrucción de los necios es necedad.”(Proverbios 16:22. La Biblia de Las Américas)
Pídale a Dios la sabiduría necesaria para que lo utilice poderosamente al compartir luces, conforme a la Palabra, para resolver algún conflicto a nivel personal y familiar.
De usted puede depender que alguien encuentre, con ayuda del Señor, salida al laberinto. Tome muy en serio su labor de consejero cristiano.
@FernandoAlexisJiménez
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