Derrote los 9 gigantes que nos distancian de Dios

Millares de personas alrededor del mundo luchan con gigantes que alimentan cada día. Esos gigantes los apartan de Dios y les impiden avanzar. ¿Es posible vence? Por supuesto que sí. Descubra cómo.

Millares de personas alrededor del mundo luchan con gigantes que alimentan cada día. Esos gigantes los apartan de Dios y les impiden avanzar. ¿Es posible vence? Por supuesto que sí. Descubra cómo.


Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar | @VidaFamiliarCo


Cuenta la historia que don Quijote de la Mancha veía los molinos de viento, como enormes gigantes y sus aspas, como brazos que se extendían para atraparle. Quien lo aterrizaba, según describe Miguel de Cervantes Saavedra en su obra magistral, era su fiel Sancho Panza.

Hay gigantes que solo concebimos en la mente y que se alimentan del temor, la ignorancia y la indecisión, particularmente en nuestra espiritualidad.

Sin embargo, hay otros gigantes que son reales. Pueden destruirlos. Debemos hacer un alto en el camino y erradicarlos de una vez por todas de nuestra cotidianidad.

UN VACÍO QUE NADIE PUEDE LLENAR

El paso esencial para derribar los gigantes que destruyen nuestra existencia y que nos apartan de Dios, es reconocer que quizá hay un profundo vacío que no hemos podido llenar. Acudimos a sinnúmero de alternativas, estrategias y fórmulas para descubrir, poco tiempo después, que no sirven de nada.

El autor y conferencista, Andrés Corson, describe la situación:

“Dios permitió en el ser humano un vacío que solamente Él puede llenar. ¿Por qué ese vacío? Porque cuando Dios nos dio el libre albedrío tenía claro que muchas personas se separarían de Él. Se arriesgó a perdernos para siempre, pero lo hizo para que los seres humanos lo buscaran. Ese plan es que sólo Él podría llenar el vacío interior de cada uno. Las personas están en la búsqueda permanente de ese algo que llene el vacío. La mayoría no sabe qué es y tratan de llenarlo de muchas maneras equivocadas.”

Probablemente sea su situación. Al llenar ese vacío, podemos asegurarle, será más fácil el camino para derribar los gigantes que le impiden avanzar.

JESUCRISTO LLENA EL VACÍO INTERIOR

Es esencial que reconozca la soledad y vacío que acompañan su vida. Puede que esté rodeado de muchas personas, pero, aun así, se siente solo.

En un diálogo espontáneo con Tomás, nuestro amado Salvador despejó uno de los grandes interrogantes que asistían al discípulo:

Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.” (Juan 14: 6 | NTV)

Si hasta hoy camina sin rumbo fijo y ninguna de las religiones del mundo responde a sus expectativas, vuelva la mirada a Jesucristo y ábrale las puertas de su corazón. Él trae perdón de pecados en respuesta a un sincero arrepentimiento, y le abre las puertas de una nueva vida.

No es otra cosa que la manifestación de la gracia de Dios. Jesús murió en la cruz por todos nosotros y nos asegura la vida eterna.

Ahora, la respuesta del Maestro a Tomás, despertó el desconcierto de Felipe, otro de sus discípulos:

“Felipe le dijo: —Señor, muéstranos al Padre y quedaremos conformes. Jesús respondió: —Felipe, ¿he estado con ustedes todo este tiempo, y todavía no sabes quién soy? ¡Los que me han visto a mí han visto al Padre! Entonces, ¿cómo me pides que les muestre al Padre? ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí. Solo crean que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; o al menos crean por las obras que me han visto hacer.” (Juan 14: 8-11 | NTV)

Jesús es Dios. Tener a Cristo en el corazón, es tener a Dos Padre por medio del Espíritu Santo.

SI HAY SALIDA, ¿POR QUÉ SIGUE EN EL LABERINTO?

Si tenemos claro que solamente Jesús llena el vacío interior y que es el camino al Padre, ¿por qué seguir entonces en el laberinto?

Una pregunta lógica para una respuesta, igualmente lógica. Sin embargo, nuestra sociedad quiere hallar caminos fuera de la encrucijada, dejando a Dos al margen.

Interpretando esa realidad y bajo inspiración divina, el profeta Jeremías escribió:

“Pues mi pueblo ha cometido dos maldades: me ha abandonado a mí —la fuente de agua viva— y ha cavado para sí cisternas rotas ¡que jamás pueden retener el agua!” (Jeremías 2: 13 | NTV)

¿En qué pueden considerar los ídolos? Vamos a considerarlos:

  • Las adicciones.
  • Estar buscando el afianzamiento espiritual en creencias de error.
  • La búsqueda de amor y aceptación.
  • El amor a las riquezas y la fama.
  • Sucumbir ante la mundanalidad.
  • La autosuficiencia.
  • El orgullo.
  • El temor y la inseguridad.
  • Creer que los problemas los resolvemos sin ayuda de Dios.

Haga un repaso cuidadoso de los gigantes. ¿Cuáles ha enfrentado usted? ¿Por cuánto tiempo? ¿Por qué no los ha podido vencer?

Con ayuda de Jesucristo podemos superar los obstáculos y derribar esos gigantes, muchos de los cuales hemos alimentado por años.

La decisión de salir airoso de las batallas está en sus manos. Es esencial, eso sí, que se apropie de la gracia y de pasos firmes, sin desprenderse de la mano de Dios.


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