¿Es conveniente disciplinar a los hijos?

Setenta países prohíben hoy algún grado de castigo físico a los hijos. Los expertos en comportamiento y psicología expresan opiniones divididas al igual que muchos padres. ¿Qué dicen las Escrituras alrededor del asunto? ¿Cuál es su apreciación sobre la disciplina de los hijos?. Un estudio sobre el tema.

Setenta países prohíben hoy algún grado de castigo físico a los hijos. Los expertos en comportamiento y psicología expresan opiniones divididas al igual que muchos padres. ¿Qué dicen las Escrituras alrededor del asunto? ¿Cuál es su apreciación sobre la disciplina de los hijos?. Un estudio sobre el tema.


Fernando Alexis Jiménez | Editor del portal Familiar Sólidas


Colombia entró a la lista de países que prohíben algún grado de castigo a los hijos, como parte del proceso formativo. Así quedó establecido en la Ley2089 de 2021. Darles correazos a los menores, se ha visto reflejado en decisiones de instancias gubernamentales que les quitan a los progenitores la custodia de los menores.  

Pero, ¿sabía que es una corriente humanista y permisiva que ha tomado fuerza en el mundo?

En todo el mundo, cerca de 300 millones de niños de 2 a 4 años reciben algún tipo de disciplina física de parte de sus padres o cuidadores con regularidad, según un informe de Unicef publicado en noviembre de 2017.

Claudia Cappa, especialista en estadísticas y monitoreo de Unicef y autora del informe, advierte que en algunos casos la forma de disciplinar acude a formas violentas y no violentas, y usan una combinación de castigo físico y agresión psicológica.

«El castigo corporal no es un gesto educativo, no ayuda a la educación de los niños. Todos los trabajos, los estudios de psicología y pediatría muestran que el levantar la mano tiene efectos devastadores en la autoestima, en la capacidad cognitiva.», le dijo la pediatra y escritora francesa, Edwige Antier, a la agencia AFP tras implantarse en su país la prohibición de castigos corporales.

Entre los setenta países que, también, prohíben el castigo corporal como método de disciplina, se encuentran Albania, Andorra, Argentina, Aruba, Austria, Benin, Bolivia, Brasil, Bulgaria, Cabo Verde, Congo, Costa Rica, Croacia, Curazao, Chipre, Dinamarca, Estonia, Islas Feroe, Finlandia, Alemania, Grecia, Groenlandia, Honduras, Hungría, Islandia, Irlanda, Israel, Kenia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Mongolia, Montenegro, Países Bajos, Nueva Zelanda, Nicaragua, Noruega, Paraguay, Perú, Islas Pitcairn, Polonia y Portugal.

Unicef abandera la Iniciativa Global para Acabar con el Castigo Corporal a los Niños. No obstante, de acuerdo con la entidad, a nivel mundial, alrededor de 1.100 millones de cuidadores consideran que el castigo físico es necesario para criar o educar adecuadamente a un niño.

UN DEBATE SOBRE CASTIGO O PERMISIVIDAD

Aplicar sanciones o castigos a los hijos, como mecanismo para corregirlos, genera opiniones encontradas entre padres y cuidadores de menores. También especialistas entran en este debate.

El especialista en psicología, Jorge Cuartas, activista de la Fundación Apapacho, considera que no se debe acudir a la reprensión física, cualquiera sea:

“Un estudio de neurociencia de la Universidad de Harvard muestra diferencias en el comportamiento de los niños expuestos a la violencia y quienes no la sufrieron. Los menores vulnerados con violencia, acumulan lesiones en la corteza prefrontal del cerebro que regula agresividad y que lleva a no explotar ante situaciones de estrés. En Colombia una muestra con menores entre los 5 y los 16 años muestra que quienes sufrieron algún grado de castigo físico, tienen un desarrollo cognitivo un poco más lento que afecta su aprendizaje, rendimiento académico.”

Desde su perspectiva, se debe analizar por qué los hijos llegan a niveles de agresividad, rebeldía o desobediencia. Quizá la exposición a la violencia sea uno de los factores desencadenantes, dijo en entrevista al programa de televisión Séptimo Día.

Por su parte el psicólogo forense y consultor, Ricardo Sicard León, compartió en ese mismo espacio televisivo:

“El castigo es válido cuando el niño requiere algún tipo de llamado de atención y poner límites en su comportamiento. Debe ser un instrumento temporal, pero no generar ni marcas, ni dolor ni humillación. Uno no puede educar con ira ni considerar que me legitima para castigar violentamente a un niño. Hay que tener auto control. Cuando se aplica el castigo, no debe mediar la ira. Hay que tener firmeza, que es diferente. Amor significa poner límites. Si hay que levantar la voz o aplicar un pequeño golpe o sancionar firmemente, eso es amor. Poner ese límite es parte de la obligación y del amor de los padres.”

Un grupo de padres consultados alrededor del castigo a los hijos, expresó opiniones divididas. No obstante, coinciden en la necesidad de poner límites, definir fronteras para evitar un comportamiento dañino que afecte a los propios menores y a las personas con las que interactúan.

UNA PERSPECTIVA CRISTIANA DE LA DISCIPLINA

Disciplinar a los hijos es necesario. Por supuesto, no validamos la violencia. Ningún padre debería compartirla. Sin embargo, formar a los hijos en principios y valores y disciplinarlos cuando sea necesario, van de la mano.

El teólogo y misionero norteamericano, Russell George, escribió:

«Aunque muchos de los más fieles creyentes han aceptado la filosofía del humanismo en cuanto a la educación de sus hijos, en el sentido de que el niño debe ser libre de expresarse y tomar sus propias decisiones, es obvio que el resultado ha sido desastroso. Cada día hay más rebelión, delincuencia y conflictos familiares. Cuando nace un bebé hay regocijo, pero algunos años más adelante, esta carga de alegría se convierte en un aguijón en la carne que engendra lágrimas, dolor y vergüenza. No estoy hablando de los sacrificios que hay en criar hijos, estoy hablando de hijos que maldicen a su padre y afligen a su madre.»

El rey Salomón escribió hace muchos siglos:

«Instruye al niño en el camino correcto y aun en su vejez no lo abandonará.» (Proverbios 22: 6 | NVI)

Pero es también Salomón quien escribe:

«No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo a tiempo.» (Proverbios 13: 24; 3:12 | NVI)

El castigo corporal, cuando se aplica, no debe ser excesivo, que afecte su integridad ni tampoco, cuando quien lo inflige esté bajo el influjo de la ira y el descontrol.

Es importante que la disciplina no esté mediada por la ira del progenitor o cuidador.

DISCIPLINAR CON UN PUNTO DE EQUILIBRIO

No podemos ir hacia los extremos en el proceso de disciplinar a los hijos. Es necesario tener en cuenta la instrucción bíblica:

«La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina la corrige.» (Proverbios 22: 15; 19: 18 | NVI)

Y también aprendemos:

“Disciplina a tu hijo, y te traerá tranquilidad; te dará muchas satisfacciones.” (Proverbios 29: 17 | NVI)

Pero, seguidamente, debemos tener en cuenta la recomendación del apóstol Pablo:

“Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.” (Efesios 6: 4; Colosenses 3: 21 | NVI)

Disciplinar a los hijos no avala herirlos, humillarlos o sumirlos en una subestimación dañina. Por eso es recomendable que no castiguemos a los hijos bajo el influjo de la ira.

ESENCIAL: FORMAR EN PRINCIPIOS Y VALORES

Uno de los más grandes problemas de nuestro tiempo, es que en las familias se abandonó la formación de los hijos en principios y valores, conforme lo enseña Dios en las Escrituras. En la antigüedad no era opcional, sino una premisa ineludible:

“De esta manera, durante toda la vida, tú, tus hijos y tus nietos temerán al Señor tu Dios, cumpliendo todos los estatutos y mandamientos que te doy; así disfrutarán de larga vida. Escucha, Israel, y esfuérzate en obedecer. Así te irá bien y serás un pueblo muy numeroso en la tierra donde abundan la leche y la miel, tal como te lo prometió el Señor, el Dios de tus antepasados. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo, llévalas en tu frente como una marca y escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.” (Deuteronomio 6: 2-8 | NVI)

En consonancia con esta enseñanza, el teólogo, Russell George, escribió:

«Dios ha provisto, en su Palabra, consejo sabio en cuanto a la educación de nuestros hijos. El problema es que muchos están convencidos de que el consejo bíblico es anticuado y que tenemos que hacer caso a lo que dicen los científicos y supuestamente, expertos en el tema. Junto con la Biblia, Dios ha guiado a algunos hombres en escribir libros que apoyan la enseñanza bíblica. El hecho de ser buenos padres en el día de hoy exige que seamos revolucionarios.»

Cuando Dios ocupa el primer lugar en nuestros hogares, no es necesario llegar a extremos para educar y disciplinar a los hijos. El asunto es que hemos dado espacio a recomendaciones mundanas y humanistas que han desplazado a nuestro Creador del entorno familiar.

Y DIOS, ¿ES UN PADRE CASTIGADOR?

Dios nos ama y nos disciplina. Lo hace como un padre amoroso, como leemos en las Escrituras:

«Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.»(Proverbios 3: 11, 12 | NVI)

El propósito del trato divino, es llevarnos a experimentar una transformación consistente y duradera en el tiempo. Nos lleva a aprender lecciones, que sientan las bases para no incurrir deliberadamente en los mismos errores.

Ahora, el trato del Padre con sus hijos, está mediado por la gracia. Es la manifestación de Su amor por todas las criaturas:

«En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con dominio propio, justicia y devoción, mientras aguardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.» (Tito 2: 11-13 | NVI)

La gracia está a nuestra disposición. Dios nos ama y envió a Su Hijo Jesús a morir en la cruz, para limpiarnos de nuestra maldad y pecados, darnos una nueva oportunidad y asegurarnos la vida eterna.

Reciba hoy a Jesucristo como su único y suficiente Salvador. Es la mejor decisión que podrá tomar.

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©Fernando Alexis Jiménez