
Con más frecuencia de lo que quisiéramos, cometemos errores. Y esos errores, en muchos casos, resultan costosos. No medimos el alcance de lo que hacemos ni lo que decimos. Para no caer en esos errores, lo mejor es acogernos a la orientación de Dios.
Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar | @VidaFamiliarCo
Vivir no es fácil. Es un desafío. Cada despertar abre las puertas a un reto. No debemos tener falsas expectativas. Los problemas vendrán, pero con ayuda de Dios podremos resolverlos. De ahí que la mejor decisión es permitir que Él tome el control de nuestra vida y de la familia.
Un padre joven sostenía a su hijito en sus brazos. Cantaba y le mecía suavemente. El bebé tenía problemas de audición, no podía oír la melodía ni las palabras, pero el padre igual le cantaba, en un tierno acto de amor hacia su hijo. Sus esfuerzos eran recompensados con una preciosa sonrisa del menor.
Dios nos ama como ese padre al pequeño. Desea que le escuchemos y nos volvamos a Él. Que no luchemos en nuestras fuerzas, sino que dependamos de Él. Su poder nos asegura la victoria, cualquiera sea la situación. Hoy es el día para cambiar de rumbo –Hechos 17: 30.
Les invitamos finalmente a acogerse a la Gracia de Dios. Él perdona nuestros pecados y nos ofrece una nueva vida. Hoy es el día para recibir a Jesucristo en el corazón.
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