¿Cómo anda su vida familiar?

Es esencial que evaluemos con frecuencia cómo anda nuestra vida familiar y aplicar correctivos, con ayuda de Dios.

Un fenómeno que toma fuerza en nuestro tiempo son los hogares disfuncionales. Desencadenan hijos rebeldes, inseguros y que, lo más probable, es que replicarán el mismo modelo en un futuro, cuando establezcan su propia familia.


Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar | @VidaFamiliarCo


La situación familiar es un reflejo de cómo nos encontramos interiormente: en nuestra relación con el ser, en otras palabras, con nosotros mismos, y lo más importante: en nuestra relación con Dios.

Hasta tanto hagamos un alto en el camino, no descubriremos los equívocos y, por tanto, seguiremos sumidos en los mismos errores que nos impiden avanzar y que, de paso, hieren a las personas que amamos.

¿En dónde se enfocan las principales falencias?

  • En la relación con Dios.
  • En la relación con el cónyuge.
  • En la relación con los hijos.
  • En la relación con los padres.
  • En la relación con los hermanos.
  • En la relación con las personas que nos rodean.

Esas debilidades que la interacción diaria, permanecen en tanto no decidamos imprimir cambios con ayuda del Supremo Hacedor. Son múltiples y debemos abordarlas una por una. En nuestras fuerzas, probablemente terminaremos frustrados. Si lo hacemos tomados de la mano del Padre, los resultados serán eficaces.

PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA FAMILIA

Todas las familias –incluso aquellas que profesan la fe cristiana–están sujetas a situaciones difíciles. Unas son más complejas que otras, pero en su conjunto, tienen solución.

El psicólogo mexicano, Rogelio Argüello, anota lo siguiente:

«Ninguna familia es perfecta, y sin embargo esto no es del todo malo. Si bien es frecuente que las familias se enfrenten a innumerables problemas que se acumulan, y que causan estrés, tensión e incluso trastornos en sus integrantes, estas dificultades y estos problemas son también grandes oportunidades de crecimiento.»

Los problemas frecuentes en una familia son:

  • Conflictos de pareja.
  • Conflictos entre hermanos.
  • Problemas con los hijos adolescentes.
  • Diferencias de criterio que nos lleva a tener discusiones.
  • Desasosiego, que acompaña los conflictos.
  • Diferencias entre la pareja por el ejercicio de roles y autoridad.
  • Problemas de carácter financiero.
  • Pérdida del empleo.
  • Interferencia de los suegros o padres en la vida familiar.

La lista puede ser más amplia. De hecho, probablemente usted tiene su propia enumeración de las situaciones de conflictividad al interior del hogar.

En algunos casos los padres tenemos un alto grado de responsabilidad y permítanos citar algunos ejemplos:

PREFERENCIA POR ALGUNO DE LOS HIJOS

Cuando evidenciamos preferencia por alguno de los hijos, desencadenamos problemas. En la Biblia vemos un ejemplo que resulta aleccionador.

La situación ocurrió al interior del matrimonio de Isaac y Rebeca:

«Los niños crecieron. Esaú era un hombre de campo y se convirtió en un excelente cazador, mientras que Jacob era un hombre tranquilo que prefería quedarse en el campamento. Isaac quería más a Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba; pero Rebeca quería más a Jacob.» (Génesis 25: 27, 28 | NVI)

Los resentimientos entre los dos hermanos, no tardaron en aflorar. Podrá comprobarlos en los capítulos siguientes de Génesis 25.

FALTA DE PRINCIPIOS Y VALORES CLAROS EN LA FAMILIA

El sacerdote Elí servía a Dios. Por supuesto, cometió errores, como los cometemos todos. No obstante, una de sus fallas relevantes fue no educar apropiadamente a sus hijos. No afianzarlos en principios ni valores. Esto llevó a que crecieran sin Dios y sin ley:

«Los hijos de Elí eran unos perversos que no tomaban en cuenta al Señor. Así que el pecado de estos jóvenes era gravísimo a los ojos del Señor, pues trataban con desprecio las ofrendas que le pertenecían.» (1 Samuel 2: 12, 17 | NVI)

Es la misma situación que está ocurriendo en nuestro tiempo. Es necesario pedir sabiduría a Dios para formar familias sólidas, con hijos que caminen en la senda correcta.

LA REBELDÍA DE LOS HIJOS

Otro factor que merece especial análisis, es la rebeldía de los hijos. El rey David no fue un padre excelente. Su historia personal que registra la Biblia, así lo evidencia. Pero hay un capítulo doloroso representado en la rebeldía de su hijo Absalón:

«Absalón emprendió la marcha a Hebrón, pero al mismo tiempo envió mensajeros por todas las tribus de Israel con este mensaje: «Tan pronto como oigan el toque de trompeta, exclamen: “¡Absalón reina en Hebrón!”» Además, desde Jerusalén llevó Absalón a doscientos invitados, los cuales lo acompañaron de buena fe y sin sospechar nada.  Luego, mientras celebraba los sacrificios, Absalón mandó llamar a un consejero de su padre David, el cual se llamaba Ajitofel y era del pueblo de Guiló. Así la conspiración fue tomando fuerza, y el número de los que seguían a Absalón crecía más y más. » (2 Samuel 15: 9-12 | NVI)

Esa situación, por supuesto, trajo dolor a la vida de David y afecto su vida personal y espiritual.

HOGARES DISFUNCIONALES

Un fenómeno que toma fuerza en nuestro tiempo son los hogares disfuncionales. Desencadenan hijos rebeldes, inseguros y que, lo más probable, es que replicarán el mismo modelo en un futuro, cuando establezcan su propia familia.

En la parábola del Señor Jesús sobre el hijo pródigo, hay dos aspectos que llaman la atención:

“Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—.  El menor de ellos le dijo a su padre: “Papá, dame lo que me toca de la herencia”. Así que el padre repartió sus bienes entre los dos.” (Lucas 15: 11, 12 | NVI)

En primer lugar, no menciona una esposa y madre. Probablemente, era viudo o quizá sin cónyuge.

De igual manera, como padre, enfrentó la rebeldía de su hijo menor. Un panorama muy cercano a nuestra realidad.

En la vida familiar hay conflictos. Son disímiles. Pero en todos los casos, hay que buscar ayuda en Dios, en su gracia que nos permite corregir errores y emprender una nueva vida.

Puede que usted como padre o madre no haya sido el mejor. Pero está a tiempo de remprender cambios. El Padre celestial desea acompañarle en ese proceso. Jamás lo olvide…


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