9 consejos prácticos para conocer a sus hijos

Puede ser que nos mantenemos tan ocupados en mil cosas, que olvidamos a nuestros hijos. Es hora de evaluarnos y aplicar correctivos, con ayuda de Dios.


Fernando Alexis Jiménez | Director del Instituto Bíblico Ministerial 


Imagine por un instante que lo llaman a presentar un examen. No es un cuestionario cualquiera. No pretenden evaluar qué tantos conocimientos tiene sobre el área profesional que desempeña hoy. En absoluto. Quieren preguntarle: ¿Qué tanto sabe usted sobre sus hijos?

Ahora, en el supuesto de que le hicieran esa evaluación, ¿qué calificación obtendría?

El mayor problema de los padres hoy día, es el mínimo conocimiento que tienen sobre los gustos, intereses, sueños e incluso conflictos de sus pequeños, adolescentes o jóvenes, aquellos con los que comparte el mismo techo.

UNAS PREGUNTAS SENCILLAS  

Vamos a hacer una prueba, ¿le parece? Con unos sencillos interrogantes podrá descubrir si, en efecto, usted sabe aun cuando sea lo más mínimo de sus hijos:

> ¿Cuáles son al menos 3 virtudes y los 3 defectos más comunes de ellos?

> ¿Qué les despierta temor?

> ¿Qué asignatura escolar les parece más complicada?

> ¿Cuáles son sus programas favoritos de televisión?

> ¿Cuál es su juego o juguete preferido?

> ¿Cómo se llama su mejor amigo (a)?

> ¿Qué actividad le gusta compartir en familia?

> ¿Cuál es su color de ropa preferido?

> ¿Cuál es el regalo que más recuerda?

Por favor, tómese el tiempo que considere oportuno antes de responder. Si encuentra que no sabe a ciencia cierta qué responder, encontrará que hay dos ingredientes de su vida familiar que debe acoger: dedicarle tiempo a los hijos y disponerse para orientarlos cuando lo requieran.

TENGA EN CUENTA LAS ESCRITURAS  

El primer gran aspecto a considerar, es la enseñanza de las Escrituras, y el segundo, dedicar espacios de tiempo a orar por nuestros hijos.

La Biblia enseña un principio infalible del Reino de Dios: La siembra y la cosecha. El apóstol Pablo escribió:

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”(Gálatas 6:7; Job 4: 8)

Si deseamos edificar familias sólidas, debemos dedicarles tiempo a nuestro cónyuge e hijos. Es una tarea que debemos emprender hoy. No podemos dilatarla. Hay que sembrar semillas representadas en “tiempo de calidad” para cada miembro de nuestro hogar.

9 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS

Compartimos con usted nueve sugerencias prácticas para mejorar su relación familiar, y en particular con sus hijos:

> Dele a Dios el primer lugar en su familia.

> Observe a sus hijos con detenimiento.

> Busque espacios de diálogo con sus hijos.

> Esté atento a los cambios de estado de ánimo de sus hijos, así como de sus emociones.

> Procure conocer su círculo de amistades.

> Escúchelos, perdónelos, compréndalos.

> Sea equilibrado al disciplinarlos.

> Ore a Dios por sus hijos.

> Ayude y acompañe a sus hijos a realizar los deberes escolares.

Recuerde que una familia sólida y, en particular, el conocimiento de los hijos, se logra con pequeños cambios.

No espere resultados de la noche a la mañana. No obstante, de lo que sí puede estar seguro es de que, con ayuda de Dios, verá buenos resultados. Sus hijos son una valiosa bendición del Señor.

Si todavía no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Podemos asegurarle que es la mejor decisión que jamás podrá tomar. Jesús traerá cambios y crecimiento en su vida personal, espiritual y familiar.


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